miércoles, 6 de enero de 2016

La Convención Constituyente de 1860

Osvaldo Riganti—
El 6 de enero de 1860 –hace en estos días 155 años– iniciaba sus sesiones la Convención Constituyente que reformó la Constitución de 1853 para posibilitar la reincorporación del Estado de Buenos Aires a la Confederación, de la que en 1854 se había separado y dictado una propia, dejando de un lado a la República del Río de la Plata y del otro al resto de las provincia, los “13 ranchos”, como con soberbia las llamó debido a sus escaso recursos. Unidas contra el separatismo portuario porteño, las provincias respaldaron a Urquiza.
El 11 de octubre de 1859 se firmó el Pacto de San José de Flores, llamado también Pacto de Unión Nacional o de Familia. Tras la derrota de Mitre ante Urquiza, la de Buenos Aires tomaba el compromiso de participar en dicha Convención donde se contemplarían algunas de sus demandas.
El 25 de diciembre se realizaron en Buenos Aires las elecciones para convencionales constituyentes. En la ciudad-puerto vencieron los liberales de Mitre, Sarmiento y Vélez Sarsfield, mientreas que en la campaña ganaron los candidatos próximos a Urquiza. En la Convención participaron, entre otros, por el lado mitrista el propio Mitre, Valentín Alsina, su hijo Adolfo, Pastor Obligado, Antonio
Obligado, Vélez Sarsfield, Sarmiento, Elizalde, Mármol, Paunero, Gelly y Obes, Conesa y de la Riestra; entre los federales figuraron Vicente Fidel López, Bernardo de Irigoyen, Marcelino Ugarte, José Roque Pérez, Francisco Javier Muñiz y José Domínguez junto al padre Félix Frías estuvieron entre los conservadores.
Los mitristas demoraron el comienzo de la Convención –da cuenta José María Rosa en “Historia Argentina”– procurando que eso les permitiera acumular más rentas de la aduana. Un ejemplo de lo cual fue que todo enero insumió la discusión sobre el diploma de Paunero, nacido en Uruguay.
Tras aprobarse, luego se debatió si Buenos Aires sería considerada provincia o se mantendría como un Estado integrante de la Nación.
Recién en marzo se nombró la comisión encargada de proponer las reformas, de la que formaban parte Mitre, Sarmiento, Vélez, Mármol y Antonio Obligado. Los federales se negaron a participar en ella porque querían la aprobación inmediata.
Las reformas se referían a la llamada “cuestión de la Capital” (el artículo 2 no hacía capital a Buenos Aires sino “a la ciudad que designase una ley especial del Congreso”), a los impuestos sobre las exportaciones (que quedaron establecidos hasta 1866), a la educación gratuita, a los “legisladores alquilones” (se agregaba a las condiciones para ser diputado y/o senador la de “tener 3 años de residencia inmediata en la provincia que los eligiese”), la autorización para que el presidente declare el estado de sitio en caso de emergencia.
Nadie se opuso verbalmente. Los convencionales federales se limitaron a votar por la negativa.
Sarmiento hizo suprimir el artículo 5 que daba educación gratis a las provincias pobres porque entendía que las mismas carecían de medios y que recargarían “excesivamente sus presupuestos”. En la última sesión el sanjuanino propuso el nombre de Provincias Unidas del Río de la Plata en vez de Confederación Argentina, evitando reminiscencias rosistas.
En materia de intervención a las provincias se dictaminó que para restablecer el orden se necesitaba la requisición de las autoridades locales. “Para garantir la forma republicana o repeler invasiones exteriores no era necesario” explica José María Rosa en la citada obra.
Ante un amague de los diputados federalistas de no dar quórum Sarmiento se mostró sorprendentemente dialoguista y logró que la minoría se integre. Motorizó además la Convención. Un artículo que agregó señaló que no había restricciones a la libertad de prensa. Justificó que las ejecuciones a lanza y cuchillo se borraran “para que los extranjeros que leyesen la Constitución no se enterasen de la barbarie de nuestras costumbres políticas”.
Sostuvo una polémica con el padre Félix Frías cuando éste propuso el catolicismo como religión oficial del Estado argentino: “Hemos tenido ya 3 siglos de religión obligatoria y estatal sin que hayan crecido en ese tiempo ni la libertad ni el progreso” adujo Sarmiento.
La iniciativa de Frías fue rechazada.
El 2 de mayo de 1860 los constituyentes provinciales se pusieron de pie y junto a la barra se aclamaron las reformas. Sarmiento y Frías se estrecharon en un abrazo.
Durante el desarrollo de la Convención Derqui había sido elegido presidente de la Confederación Argentina, Mitre gobernador de Buenos Aires y Urquiza de Entre Ríos.
“Se establecía el último convenio para que Buenos Aires pueda ingresar libremente a la Confederación”, dice Félix Luna en “Breve Historia de los Argentinos”, pero apunta que aún se sucederían nuevos hechos que llevarían “a una ruptura entre la Confederación y Buenos Aires”.

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