viernes, 25 de mayo de 2012

¿De que hablamos cuando hablamos de Patria?

Mauricio Epsztejn
Año a año, de abril a julio, entre nosotros fluye generosa la palabra Patria. Así, con mayúscula o enfatizada a viva voz, pero siempre destacada. Suena particularmente firme al conmemorarse las efemérides, tanto si la pronuncian reconocidas figuras públicas, como si sale de bocas menos estelares a lo largo y ancho del territorio nacional, sea durante los actos centrales del Estado o en el de la sociedad de fomento de un asentamiento en La Matanza cuyo edificio apenas se sostiene; sea el organizado por un sindicato obrero o por su contraparte patronal. Siempre está presente.

Esos días se embanderan ciudades y pueblos, la gente luce la escarapela delante del corazón y saca pecho apenas suenan los primeros acordes del Himno, que canta o guarda respetuoso silencio.

Tango y Argentinidad

 Ana María Cafarelli--

Pascual Contursi
Cuando se dice “TANGO”, se dice “ARGENTINO”. Cuando se dice “ARGENTINO”, también se dice “crisol de razas”.

El tango es una de las expresiones culturales más completas, puesto que abarca la danza, la música y la poesía.

En su primera época surge como danza, pero sus verdaderos orígenes e influencias aún son difusos e inciertos porque los investigadores no se ponen de acuerdo. Aunque no niegan la marca que dejaron los negros y el aporte de danzas traídas por las diversas corrientes inmigratorias como, por ejemplo, la mazurca, el tango andaluz y la habanera, entre otras. Pero además, en su coreografía se adivinan los movimientos propios del gaucho con sus amagues y su forma de avanzar las piernas.

Otro aniversario por Memoria, Verdad y Justicia


El 24 de marzo de 2012 una muchedumbre multicolor con MEMORIA, como pocas veces se vio, copó el centro de Buenos Aires para exigir que quienes deben encontrar la VERDAD y hacer JUSTICIA, de una vez por todas cumplan con su deber e impidan que la impunidad siga campeando libremente por este país y que castiguen como marca la ley a los responsables del genocidio de la última dictadura, hayan sido uniformados o los civiles que la promovieron, dieron sustento y usufructuaron.
Una vez más, la marea de gente que inundó las calles demostró que la alegría puede convivir perfectamente con la justeza del reclamo.
La Chilinga

Problema 1: El planteado por Paul Morphy a los nueve años

Por el Profesor José Pécora
Continuando  con Paul Morphy, mencionaremos que era un prodigio ya desde niño y el siguiente problema lo compuso cuando tenía solamente 9 años.

juegan las blancas y dan mate en dos jugadas 



Trate de resolverlo solo y si se te agotaron los recursos o la paciencia, encontrá la respuesta en Soluciones. Ver solución

Un genio en la ópera de París

Por el profesor José PECORA*
Una de las representaciones de la ópera del Barbero de Sevilla en el famoso Teatro de la Opera de París en 1858, pasó a la historia no porque tuviera un gran puesta en escena o porque poseyera algún cantante extraordinario, sino por lo sucedido en un palco en un entreacto de la misma.
Allí el genial Paul Morphy, disputó una partida de ajedrez a ciegas, es decir sin ver el tablero, contra un par de nobles aficionados, el Duque de Brunswick y el Conde Isouard, que lo hicieron mirando y en consulta. El juego desarrollado por Morphy por su precisión en castigar los errores cometidos por sus rivales y por la belleza de la combinación final, han transformado a ésta partida, en una de las más famosas del ajedrez de todos los tiempos. Pasemos a verla.

Ay, ay, ay, con estos especuladores bolsa

                                                                                                                                     Mauricio Epsztejn
La combinación del destino y las finanzas los unió para siempre. Los dos se asomaron al mundo en abril, justo veinticinco años antes que en el país se abriera el debate sobre el destino de la petrolera YPF. A las casas en que vivieron desde bebés sólo las separaba una pared medianera, mientras el límite entre los fondos colindantes cubiertos por parrales, lo marcaba un maltrecho alambrado que empezaron a atravesar a su antojo ni bien se largaron a caminar. Allí, en las afueras de Luján de Cuyo, crecieron hasta más allá de la adolescencia, donde casi nadie les conocía el nombre inscripto en el Registro Civil porque media ciudad los llamaban por el apodo con que los bautizó uno de los abuelos apenas se asomaron al mundo. Incluso así lo hacían sus maestros de la primaria.

¿QUEDA LA ESPERANZA?

Mauricio Epsztejn
Los Tatadioses, decía el desteñido cartel que apenas se alcanzaba a leer a la entrada de ese pueblo perdido en medio de la pampa argentina, donde no quedaban ni fantasmas rondando las tumbas y taperas.

Una vez por mes yo lo visitaba para levantar el pedido del único almacén y bar sobreviviente, convencido que de allí ya nada me podía sorprender. Sin embargo esa tarde, al pasar frente a la comisaría, me llamó la atención no ver sentado y tomando mate en la puerta al preso que habitualmente dejaban para cuidarla.
Entre el sol de enero y la polvareda que me venía acompañando desde hacía diez kilómetros, cuando abandoné el pavimento, mi obsesión por llegar al bodegón y prenderme a una cerveza helada para apagar el fuego que consumía mis entrañas, no me dejaba pensar en otra cosa. Una vez sofocado el incendio, intentaría confirmar mis sospechas: el preso, ¿al fin se había fugado?

Horacio González “Mi forma de valoración no es la obsecuencia”

Por Víctor Domast, Roberto Ruiz y María Sterle
(Entrevista publicada por la revista Tinta y Flores, del Taller de periodismo que funciona en el Centro cultural del Bajo Flores)

Horacio González
Horacio González vivió en Villa Pueyrredón, un barrio popular de la ciudad de Buenos Aires. Surgido de una familia de escasos recursos, se educó en una escuela primaria pública y cursó su secundario en un colegio comercial. Forjó su vocación de sociólogo, a partir de escuchar las palabras sueltas que resuenan en las veredas y las conversaciones familiares con un abuelo ferroviario. Desde 2005, ocupa el cargo de director de la Biblioteca Nacional y es el protagonista de nuestra entrevista.
Nos recibió cordialmente en su amplio despacho, un lugar que reflejaba aún la luz del día a través de grandes ventanales, que permitían ver la Plaza del Lector, un espacio verde, apto para leer alejado de los ruidos de la ciudad. González, respondió en voz baja y con mucha tranquilidad, eligiendo las palabras para hacer más interesante su relato. Prestó su tiempo accediendo a nuestras preguntas e inquietudes sobre su trayectoria, su trabajo actual y su visión del mundo. De esa forma, nuestras expectativas y ansiedades se transformaron en la concreción de una charla con uno de los hombres más lúcidos de este tiempo.

jueves, 24 de mayo de 2012

Desde el Altiplano al Bajo de Flores…

                                                                                                                             Víctor Daniel Domast--

…ó  veinte años que no son verduritas

En nuestro país viven muchos habitantes de la comunidad boliviana, nos interesaba saber cómo vivían, de qué se ocupaban, cuáles son las comidas típicas de su país, entre otras cosas.

Porque pensamos que cuando más conozcamos de otra comunidad vamos a estar más cerca de la inclusión y mucho más lejos de la discriminación. Con estas ideas desde “unoytres” nos acercamos un domingo soleado, cerca del mediodía, al Bajo de Flores para conocer a Teresa. Llegamos a su verdulería,  por suerte para poder hacer nuestro trabajo no había clientes. Las frutas y las verduras estaban acomodadas, vistosas.

Teresa tiene unos cuarenta años, está casada con Leo y tienen tres hijos. El hijo mayor nació en Bolivia y cuando tenía un año y medio llegó con sus padres a la Argentina.  Las otras dos hijas ya nacieron acá, una va al colegio secundario y la más chica a la escuela primaria.

Teresa y Leo vinieron desde el departamento de Oruro hace unos veinte años. Oruro es una región que está en la meseta del Altiplano a unos  4000 metros sobre el nivel del mar y limita al norte con el departamento de La Paz.

En Oruro Teresa trabajaba en el mercado, trayendo frutas y verduras desde el campo para venderlas en la ciudad, pero “trabajaba muchas horas y nunca llegaba a reunir buen dinero“.  Entonces el matrimonio tomó la decisión de venir a la Argentina en busca de un mejor porvenir económico.

Sus primeros tiempos en Buenos Aires fueron difíciles, con trabajo, sacrificio y solidaridad de mucha gente que le brindó lo que ella necesitaba.  Teresa dejó en Oruro a sus padres y a sus seis hermanos, su familia es lo que más extraña de su lugar de nacimiento.

Teresa, con sus casi cuarenta años y su hablar bajito y pausado, me cuenta que se siente muy bien en nuestro país. Saca a relucir su sentimiento de madre y dice que está muy feliz “porque mis hijos están contentos, estudian todos y están muy bien aquí “. Está agradecida con la Argentina y considera que puede ser su segunda patria.

Teresa y Leo cumplen largas jornadas de trabajo, de lunes a sábados atienden la verdulería desde la mañana hasta la noche. También abren los domingos hasta el mediodía.

“unoytres” quiso conocer una típica receta boliviana y ella nos la explicó: es el rico “picante de pollo”.

—Se prepara una salsa con mucha cebolla rehogada —empieza a explicar y gesticula como si la estuviera revolviendo en la olla —, después se agregan los distintos ajíes en vaina, grandes y molidos en piedras que se dejan cocinar un poco; entonces se añaden los condimentos: orégano, pimentón y laurel para que quede bien sabrosa; y por último se le echa el pollo crudo cortado en dados, para que se cocine en esa salsa picante. Este plato generalmente se sirve acompañado con arroz blanco ó con papa deshidratada (que es muy común en Bolivia) rebosada con maní. ¿Te quedó claro?

Hubo algo que se le olvidó a Teresa y que completamos desde “unoytres”:  a los comensales les recomendamos tener un buen vino blanco en la heladera para saborear junto al picante de pollo. ¡Salud amigo lector!

Solución 1: Al problema planteado por Paul Morphy a los nueve años

Por el Profesor José Pécora
Solución al problema planteado por Paul Morphy a los nueve años


1.Ta6! y a cualquier jugada las blancas dan mate a la siguiente movida, ya que si  1…,gxa6; sigue 2.b7, mate y si el negro mueve el alfil a cualquier casilla sigue 2.Txa7, mate.

Pasión y vocación- José Martínez, “Cuqui”, el fútbol y la niñez

                                                                                                                                 Mauricio Epsztejn--
Si alguien llega por primera vez al sector de las torres en el Barrio Piedrabuena y pregunta dónde puede encontrar a José Martínez, posiblemente se le encojan de hombros y tenga dificultad para ubicarlo. En cambio si en lugar de José Martínez consulta por Cuqui, la cosa cambia, seguramente lo orienten hacia el club que él preside, Malvinas Argentinas, un edificio plantado en el centro del barrio, que comparte los mismos defectos y problemas con el resto del complejo.

Cuqui es un trabajador municipal al borde de jubilarse, que se casó a los veinte años y crió siete hijos que lo rodearon de once nietos. Nació en diciembre de 1945, durante el primer año de gobierno peronista, acota el cronista y él se ríe, “por eso seré tan bueno”.